martes, 18 de junio de 2013

Susan Solomon

¿Recordáis que en los años 90 hubo que cambiar el desodorante, la laca y los gases de las neveras? Fue debido a la prohibición de uso de los CFC presentes en estos productos (como refrigerantes y en aerosoles) y cuyo uso, y abuso, había provocado el agujero en la capa de ozono con el incremento de los casos de cáncer de piel.

En esto tuvo mucho que ver nuestra protagonista de hoy, Susan Solomon



Pasó dos años a -45ºC, sin ver el sol,  en la Antártida estudiando las causas del agujero de la capa de ozono y luchando porque los países se comprometieran en luchar para remediarlo hasta la firma del protocolo en 1987. Por esto ha sido galardonada por la Fundación BBVA con el Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático.

Susan que actualmente es catedrática del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), se acercó a la ciencia, como otros muchos compañer@s viendo en televisión los programas de Jacques Cousteau, luego se interesó por la química atmosférica hasta que publicó un artículo en Nature en 1986 formulando una hipótesis sobre la posible explicación teórica del agujero descubierto Joe Farman por en 1985. Había que buscar datos que confirmaran dicha hipótesis y se fue a pasar el invierno austral a la base antártica para medir la concentración de CO confirmando que los CFC eran los responsables de esta herida a la atmósfera.

Aunque el agujero no ha desaparecido los protocolos que se firmaron han detenido su crecimiento presentando actualmente la menor medida de los últimos 25 años: 20,8 km2. Es algo cambiante creciendo entre agosto y septiembre y cerrándose en diciembre. Se estima que puede cerrarse en torno a los años 2060-2075, ya si lo pensamos en los siguientes términos: las moléculas de CFC permanecen en la atmósfera durante más de 100 años. 

Los trabajos de Solomon han permitido conectar tres variables clave en el cambio climático: la comprensión del comportamiento de los gases atmosféricos, la alteración de los patrones del clima a escala global y la acción antropogénica. Sus investigaciones no sólo reforzaron el Protocolo de Montreal que frenaba el uso de gases que destruían la capa de ozono sino que alertó de las consecuencias en el clima de todo el planeta como su efecto sobre el patrón de vientos y lluvias del hemisferio Sur.



Actualmente Susan defiende el abandono de la energía basada en los hidrocarburos y el fomento de las energías renovables y la nuclear como control de las emisiones de carbono, junto con la toma de decisiones y acuerdos entre países en pos de reducir el calentamiento global antes de que se disparen las emisiones de China y otros países emergentes asiáticos y africanos. Dicho con otras problemas: antes de tener un problema global bastante grave.

El premio reconoce además el liderazgo de Solomon en el IPCC y otros foros en el uso de la ciencia para el bien común. 

Como no podía ser de otra forma, Susan recibió la noticia agradecida y emocionada indicando: "Es un premio fantástico y un gran honor unirme a quienes ya lo han recibido en ediciones anteriores. Admiro mucho a todos esos premiados. Nunca imaginé que yo podría formar parte de esa lista".

Todo un ejemplo....

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