Un nuevo residuo: el cigarrillo electrónico

Para dejar de fumar ha surgido un nuevo elemento: el cigarrillo electrónico o e-cigarrillo.

Dejando a un lado si es bueno o no, las opiniones de los médicos ni aprueban ni desaconsejan su uso ante la falta de pruebas científicas al respecto. Pero os indicamos que contiene nicotina y otras sustancias cancerígenas idénticas a las de los cigarros convencionales.

En este sentido sólo comentaros que la OMS no permite su difusión como método para dejar de fumar hasta que no haya pruebas científicas sobre su seguridad y eficiencia.

En España aún no está regulada su venta. Se puede encontrar en parafarmacias, grandes almacenes, internet y tiendas especializadas en este nuevo producto que han aumentado considerablemente junto con su popularidad.

Pero vamos a lo que nos interesa según nuestra temática del blog: tenemos un nuevo residuo. Así es por dentro:

Contiene:

• un cartucho para el producto elegido, con nicotina o sin ella
• un nebulizador o atomizador
• un sensor de corriente de aire
• un microprocesador
• una batería recargable de litio
• un indicador de combustión en el extremo del cigarrillo normalmente LED (ése que echa el humo y permite usarlo en espacios públicos mientras la UE medita sobre su prohibición)
• estructura interna de acero
• y cables, envases plásticos, sensores de presión, soporte cerámico para la bobina calefactora....

En otras palabras: con el uso de innovadoras tecnologías microbioelectrónicas (textual de distintas webs consultadas) se ha creado un producto que no se puede tirar a la basura normal porque simplemente es un RAEE. El cual habrá que reciclar después de desmontar todos sus componentes adecuadamente según nuestra legislación vigente.

Mientras los que lo usan, vapean, como se dice ahora, los demás podemos pensar en nuevas líneas de negocio en el sector residuos que buena falta nos hacen.