viernes, 27 de septiembre de 2013

Y una hora menos en............¡toda España!



En los últimos años es habitual hablar del huso horario en todo el territorio nacional instando a cambiar la "hora oficial". Así puede acabarse con esa conocidísima frase de "y una hora menos en Canarias".

Nuestra hora se debe a que funcionamos con el huso horario de un meridiano que no nos corresponde, lo que ocasiona que en algunas épocas del año tengamos un desfase de dos horas respecto del sol.

Si nos fijamos en la siguiente imagen observamos que casi toda la Península Ibérica esta dentro de los márgenes que marca el meridiano de Greenwich (meridiano 0º) señalados como dos líneas rojas. Sólo se escaparía la zona más occidental de Galicia, que como ocurre en otros países tomaría como hora oficial la de su capital, Madrid.



Es decir nuestro huso horario natural es el GMT, en cambio nos adaptamos a GMT+1 en invierno y a GMT+2 en verano dado que tomamos el mismo uso que países tan lejanos como Egipto, Ucrania o Bielorrusia.

Pero en realidad, en nuestra vida cotidiana nos regimos por la "hora natural" determinada por el sol. Esta circunstancia nos proporciona una imagen internacional de "vagos" que "madrugamos poco porque trasnochamos mucho".

El debate actual está en la controversia entre dejar el huso horario actual o adoptar el que nos corresponde por nuestra geografía avalado por la posibilidad de ayudar positivamente a la conciliación de la vida laboral y familiar. Además el cambio nos podría ayudar a establecer y mejorar relaciones económicas, comerciales y de fronteras que mantenemos con países emergentes o poderosos. Es el caso de EEUU, Brasil, Reino Unido, Portugal o Marruecos. Carece de sentido compartir hora con Alemania, Polonia, Hungría y Suecia si en la realidad la descompensamos con nuestra vida real adaptada a nuestra hora solar que se refleja en los horarios laborales, escolares y comerciales que tenemos.

No sería sencillo adaptarnos a estos cambios pero hay muchas opiniones que apuntan a una mejora de nuestra productividad. Y es que vivir con una hora de adelanto respecto a la hora natural alarga innecesariamente la jornada laboral con parones improductivos a mediodía, crea malos hábitos en las comidas, reduce las horas de sueño, dificulta la vida "post-trabajo" (conciliación personal y profesional), reduce el tiempo libre, etc, tal como indica la iniciativa de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) que acaba de llegar al Congreso de los Diputados.

En definitiva con el cambio de huso horario modernizaríamos nuestra imagen frente a nuestros vecinos que afirman que muchas horas en el trabajo es sinónimo de nuestra incapacidad para realizarlo y mejoraríamos nuestra salud. Tal vez debemos dejar de reírnos del horario extranjero que conocemos por los turistas que nos visitan y acostumbrarnos a él para conseguir jornadas laborales intensivas más prácticas y eficientes.


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